Relato

"EL POZO DE LAS LÁGRIMAS DEL DESIERTO"
(Gracias Verónica, por este relato,hermoso regalo de fin de año que quiero compartir)





Ni bien llego a Marrakech, aquel hombre que era un misionero decidió que todas las mañanas daría un paseo por el desierto que comenzaba justo tras los límites de la ciudad.
En su primera caminata vio a un hombre estirado sobre la arena, con la mano acariciando el suelo, y el oído pegado a la tierra:
-¡Es un loco!
Pensó..., pero la escena se repitió todos los días y además el no era de esta parte del mundo y quizás la gente tenia estas costumbres
Por lo que pasado un mes y muy intrigado por la extraña conducta de aquel hombre se acerco y con dificultad, por el idioma, le pregunto:
-¿Qué es lo que esta usted haciendo?
-Pues..., le hago compañía al desierto y lo consuelo por su soledad y sus lágrimas - dijo el hombre.
-¡No sabia que el desierto fuera capaz de llorar!-dijo el misionero.
-Llora todos los días, pues sueña con volverse útil para el hombre y transformarse en un inmenso jardín, donde se puedan cultivar flores, plantas, etc...

-Dígale al desierto que cumple muy bien su misión, pues ... cada vez que camino por aquí sus extensas arenas blancas me sirven para reflexionar que tan pequeños somos frente a la creación , puedo acercarme mas a Dios-, y luego de esto el misionero siguió con su caminata dejando solo al hombre.

Al día siguiente la sorpresa invadió al misionero al ver nuevamente como cada mañana a aquel hombre en la misma posición entonces se acerco y le pregunto:
-¿Ya le dijo usted al desierto todo lo que le dije ayer?
(El hombre dijo sí con la cabeza)
-¿Y aun así llora?- preguntó el misionero
- ¡Si!... pero.... ¿sabe porque llora ahora el desierto?... Porque se dio cuenta de que paso miles de años pensando que era completamente inútil, blasfemando contra Dios y su destino…

Pues explíquele entonces que:
-El hombre a pesar de tener una vida mucho más corta, también pasa sus días pensando que es un inútil o haciendo cosas inútiles sin darse cuenta…raramente los seres humanos descubren la verdadera razón de su destino y casi siempre creen que Dios ha sido injusto con él Y cuando la vida a partir de alguna situación le muestra el porque y para que a nacido... se lamentan creyendo que ya es tarde... y deciden seguir sufriendo en lugar de hacer un cambio-
-No creo que el desierto me escuche, pues... esta demasiado acostumbrado al dolor- dijo el hombre.
-Pues entonces hagamos lo que yo siempre hago cuando creo que los hombres han perdido la esperanza…
¡VAMOS A REZAR!- dijo el misionero... y así ambos (el misionero occidental y el árabe), cada uno a su Dios, rezaron juntos.

A la mañana siguiente cuando el misionero salió a dar su paseo habitual aquel hombre ya no estaba allí... Y en aquel lugar donde él acostumbraba abrazar la arena como consolando al desierto la arena parecía húmeda; pues había nacido en aquel lugar una pequeña fuente...
En los meses siguientes esa fuente creció y los habitantes del lugar construyeron un pozo en torno a ella, los beduinos lo llaman: “El pozo de las lagrimas del desierto” y dicen que aquel que beba su agua conseguirá transformar la causa de su sufrimiento en la razón de su alegría y terminara encontrando su verdadero destino…